Un Chocoramo de plastilina y algunas preguntas que me hago

A veces en mi trabajo, la gente me regala la plastilina que les sobra de proyectos escolares o lo que sea, porque saben que en mis tiempos libres hago figuras como la del perreo caliente, la de la pulga Messi o la del discóbolo que ya publiqué en este blog.

Pues bien, hoy me regalaron una barra de plastilina color naranja y resultó que el naranja de esa plastilina me recordó el naranja de Chocoramo (si eres colombiano, sabrás que el Chocoramo está a la altura del Sombrero Vueltiao, las malas costumbres políticas y otros símbolos patrios), por eso decidí convertir esa plastilina en un Chocoramo de mentiras.

La verdad, el Chocoramo siempre me ha gustado, hasta en chistes, como ese del Chocoramo que se estaba quitando el chocolate porque tenía que ir a una fiesta de Gala, o el del Chocoramo que se encontró con un Gala y le robaron el celular, o el del Gala que estaba triste porque Chocó-ramo… por eso me pareció bacano hacer la figura que les estoy presentando hoy.

¿Será que estoy exagerando con esto de que me guste el Chocoramo? ¿Será que un Belieber algún día podrá ser presidente de su país? ¿Será que los otros X-Men le piden el favor a Wolverine de que les rasque la espalda? ¿Será que los compositores de reggaeton son los incomprendidos de esta época? ¿Será que la tercera guerra mundial empezará el día que se enfrenten todos los fanáticos de Apple del mundo contra todos los vendedores de Herbalife? ¿Será que debo dejar de preguntar estupideces?