Los jefes son muy graciosos

¿Se han dado cuenta que siempre que el jefe dice un chiste o comentario gracioso (o no tanto), alguien se ríe? Puede que sea porque el jefe en cuestión es muy gracioso y tiene apuntes dignos de ser inmortalizados en un tweet, o porque ante la ausencia de risas, alguien se ríe para «no dejarlo morir solo» en tan incómodo momento… pero, pero, pero… no falta el que se ríe sí o sí de cualquier cosa que diga su jefe de turno, solo porque es el jefe y porque en alguna cláusula invisible del contrato dice que hay que hacerlo para no ser políticamente incorrecto. ¿Cómo identificarlo? Fácil, es ese al que primero busca la mirada del jefe cuando hace lo que parece ser un comentario gracioso, pero que no lo es (eso en el caso de que en realidad no sea gracioso casi nunca, o que sea muy repetitivo usando chistes que alguna vez fueron chistosos).

Aclaro, no tengo nada en contra de los jefes, de hecho siempre he tenido jefes absolutamente graciosos, brillantes, épicos, que con cada comentario lo hacen sentir a uno en el mejor stand up comedy de la ciudad. Son todos unos genios de verdad a los que nunca nadie los ha acompañado con risas fingidas cuando hacen un comentario que pretendía ser gracioso y no lo fue, porque, obvio, nunca hicieron tal clase de chiste fallido.

Esta viñeta va dedicada con mucho amor a todas esas personas que cuando un chiste no les parece gracioso, no se ríen. Son mis héroes.